Situada en la Calle Ruavieja, La Reja Dorada es el ejemplo vivo de las típicas bodegas que ya desaparecieron como negocio, pero que conservan el estilo y donaire del pasado.
Nos encontramos con una casa del siglo XVI, que cuenta con un gran calado de sillería formando bóveda de cañón y sin arcos fajones.
La vivienda se articula en tres alturas, la inferior en sillería de piedra a la que se abren dos puertas adinteladas, este es el espacio que se dedicaba a la venta de vino, y donde se guardaban los aperos de labranza. Los dos pisos superiores tenían la función de vivienda y se rematan con un alero curvo.
La casa perteneció a una influyente familia riojana, entre la que destaca la Duquesa de la Victoria, Doña Jacinta Martínez de Sicilia, que vivió en La Reja Dorada durante su mocedad, y que se casó con el General Espartero.
Se cuenta que el día de su boda se tendió una gran alfombra roja que iba desde aquí hasta la Concatedral de la Redonda.
Un amigo de la pareja, el Marqués de Murrieta, habitaría después este inmueble en el que se dedicaría a su gran pasión, la del mundo del vino, experimentando con las barricas de madera para hacer la crianza de los vinos.
Actualmente la casa es de propiedad privada y pertenece a una familia que, hasta hace algunos años, regentó aquí un famoso restaurante que llevaba el nombre de la casa.
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